Algunas dudas en la aplicación de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (DEEE).
Sabemos qué es lo que busca la DEEE (conseguir edificios de consumo cero de energía), para cuándo (para 2050) y dónde (absolutamente todos los edificios). Respeto al “cómo conseguirlo” se plantean algunas dificultades, que el DEEE no ha previsto. Hay sistemas para evaluar los avances en descarbonización en los edificios, como por ejemplo, el paso de unas letras a otras en el certificado de energético, y los resutados han sido ya calulados en números globales.
Hasta aquí, más o menos claro, aunque difícil. Pero nuestro panorama tiene unas características peculiares. Un gran número de viviendas en España (¿quizá un 60 %? ¿alguien tiene este dato?) lo son en régimen de propiedad horizontal, por lo que cualquier operación global sobre un edificio (ya sea aislamiento o cualquier otra) requiere actividad y planteamientos colectivos, algo ya entrevisto en el Decreto.
Pero todo nuestro parque (basta con elevar la vista y mirar, en cualquier ciudad) está modificado con actuaciones aleatorias, no documentadas y presumiblemente ilegales: elevaciones de áticos, relleno de terrazas, aumentos de superficie y deformaciones que hacen irreconocible al edificio original, incluso algunos catalogados. Esto implica unas repercusiones aún no evaluadas.
¿Qué hacer con estas alteraciones, en algunos casos auténticas aberraciones? ¿forzar la vuelta a las condiciones originales? ¿aprovechar la ocasión para redibujar un nuevo edificio en colectivo? ¿refrendar las alteraciones? Se producen situaciones injustas y legalmente dudosas: ¿debe un vecino que ha respetado la configuración original contribuir al aislamiento de lo irregularmente modificado? ¿Y si ha habido aumento de superficie? ¿Tienen algo que decir, cuando llegue su momento, la legalidad municipal, el registro de la propiedad y otras instituciones? Una Nueva Bauhaus habla de “belleza”: va a ser difícil incluirla en este entramado social y legal. Este tema no ha sido aún afrontado con un debate serio. Esperémoslo.
Imagen: Edificio catalogado DoCoMoMo y deformado. Arquitecto: Antonio Lamela. En La Castellana, Madrid. Foto: MJG